
Ante lo obvio no hay remedio. Para quienes han mirado los primeros capítulos ya habrán notado las deficiencias técnicas que acompañan cada escena, sobre todo las trayectorias acartonadas en secuencias de acción, sin olvidar, tampoco, las desproporciones faciales en cada plano cerrado. Con la crisis financiara por la que atravieza Gonzo, la verdad no esperaba menos, sin embargo, Shangri La forma parte de los títulos que trascienden sin dificultad las precariedades, toda vez que cuentan con un argumento sólido como soporte narrativo. Con ello, cualquier fracaso técnico queda relegado al segundo plano.
Sinopsis:
Kuniko Hojo, chica de apenas 18 años de edad está destinada a comandar la fuerza
Metal Age, organización antigubernamental que demanda justicia e igualdad para que todo mundo tenga acceso a un trozo de tierra artificial (Torre Atlas) y pueda vivir dignamente. Las atrocidades del cambio climático son una realidad, la región de Tokio, se encuentra devastada por el aumento del nivel del mar, la infraestructura urbana quedó deshecha al igual que miles de personas quienes sobreviven hacinadas en refugios improvisados, por no llamarlos Ghettos.

La economía global también se ve modificada, al adoptar un mercado de valores sustentado por los bonos de carbono, mecanismo propuesto en el Protocolo de Kioto, mismo que Estados Unidos, el mayor emisor de gases invernadero en todo el mundo, se ha negado a firmar hasta la fecha. El motor financiero es corrompido por el sistema MEDUSA, suerte de sistema informático programado por Karin Ishida, capaz de infiltrarse en cualquier terminal del mundo con el fin de obtener información privada y así conseguir beneficios monetarios: "Es el miedo de MEDUSA el que nos da dinero". (¡Mucho ojo con este enunciado!)

Si les suena un tanto complejo entender el sistema financiero propuesto en Shangri La, no está de más revisar The Ascent of Money, magnífica serie documental producida por Channel 4 y conducida por el profesor Niall Ferguson, en la que se explica cómo el dinero llegó a acumular más poder que cualquier rey o mandatario de estado, cómo ha decidido el rumbo de la historia y cómo es capaz de chantajear a naciones enteras en favor de una oligarquía determinada. La transmite Canal 22 los domingos a las 20:00 Hrs. Una verdadera joya que me mostró lo pequeño y vulnerable que soy. Mi destino no me pertenece (°__°).
Puede considerarse como una serie liberal y progresiva, a pesar del aparente triunfo de los fatalistas sobre los optimistas, al ser testigos de las consecuencias del calentamiento global como hechos irrefutables. Kuniko Hojo es miembro de una familia sui géneris , bastante alejada del modelo nuclear tradicional (quizá comparlable con la propuesta por Satoshi Kon en Tokyo Godfathers), compuesta por una pareja de transexuales (Momoko & Mi-ko), Takehiko, cabecilla de Metal Age y su abuela, que representa los valores de generaciones ancestrales (nosotros) y articula aforismos tales como "no asumir que todo el conocimiento humano está en Internet". ¡Sabias palabras!
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